Si juegas, no conduzcas.

Si algo tiene de bueno de vida, es que puedes conocer muchas personas, y sus maneras de verla [la vida]. Pasó hace unos años, eramos jóvenes. Más aún todavía. Ibamos en mi coche yo y un amigo. Jugador de poker. Yo andaba conduciendo... rápido.

—Ir rápido no és una apuesta inteligente, yo no jugaría esta mano —me dijo al ver que corría.
—Bueno, quiero llegar antes, te recuerdo que llegamos tarde —salté.
—No. Cuando jugamos a las cartas, para decidir si jugamos o esa mano ponemos de frente dos datos, las posibilidades de ganar contra la relación entre lo que apuestas y lo que puedes llegar a ganar.
—No veo que tiene que ver esto con conducir. —Pensaba que me estaba tomando el pelo.
—És muy fácil —Puso las dos palmas de las manos hacia arriba, haciendo una báscula—, en tu apuesta las posibilidades de ganar són altas, lo más probable es que lleguemos a tiempo, ganando unos 5 minutos. Peró en la relación entre lo que juegas y lo que puedes llegar a ganar sale el desequilibrio.
—....
—Estás poniendo sobre la mesa nuestras vidas. Las ganancias que puedes sacar són 10 minutos de tiempo. Sigues creyendo que és una apuesta favorable?


Siempre podemos aprender alguien de todo el mundo. Ahora mi amigo dedica sus horas a coger del baúl del desván, o de festivales alternativos, o de los más snobs videoclubs, perlas del cine y darnos un aperitivo en su blog, para hacernos el vermú.